Niño que vives creciendo en un mundo tan hostil,
tus juegos son la miseria, la enfermedad, el morir.
Pequeño con mirada triste y lágrimas de dolor,
Crees que lo que conoces, es lo único que existe.
Ignoras que hay niños felices jugando, con la cara sucia de dulces y habitaciones repletas de juegos infantiles.
<<Y tú tirado sin saber llorar>>.
Y yo aquí observando un mundo sin evolucionar,
sin entender ¡cómo esto puede llegar a ocurrir!
Los que no podemos solucionarlo, te enviamos mantas, algo de dinero, vendas, harina, arroz ...
¡Algo te llegará!
<Y Tú, entre tanto, consumiéndote en silencio>>.
Sin ilusiones, sin fantasías, entre guerras y sufrimiento.
Y yo aquí escribiendo, sin que sepas lo que te cuento.
Que hay niños corriendo al viento, desconociendo que existe otro mundo mezquino y sucio.
Disfrutando en un paraíso de inocencia y pureza,
viviendo al margen de lo que sucede en la tierra.
Con el paso del tiempo crecerán,
y sus sueños, fantasías se desvanecerán.
Y escribirán como yo para desahogar su pena,
por estar decepcionados del mundo que les rodea.
Niño tranquilo y feliz,
¡cómo me gustaría que nunca, jamás, crecieras!
E. Villena
tus juegos son la miseria, la enfermedad, el morir.
Pequeño con mirada triste y lágrimas de dolor,
Crees que lo que conoces, es lo único que existe.
Ignoras que hay niños felices jugando, con la cara sucia de dulces y habitaciones repletas de juegos infantiles.
<<Y tú tirado sin saber llorar>>.
Y yo aquí observando un mundo sin evolucionar,
sin entender ¡cómo esto puede llegar a ocurrir!
Los que no podemos solucionarlo, te enviamos mantas, algo de dinero, vendas, harina, arroz ...
¡Algo te llegará!
<Y Tú, entre tanto, consumiéndote en silencio>>.
Sin ilusiones, sin fantasías, entre guerras y sufrimiento.
Y yo aquí escribiendo, sin que sepas lo que te cuento.
Que hay niños corriendo al viento, desconociendo que existe otro mundo mezquino y sucio.
Disfrutando en un paraíso de inocencia y pureza,
viviendo al margen de lo que sucede en la tierra.
Con el paso del tiempo crecerán,
y sus sueños, fantasías se desvanecerán.
Y escribirán como yo para desahogar su pena,
por estar decepcionados del mundo que les rodea.
Niño tranquilo y feliz,
¡cómo me gustaría que nunca, jamás, crecieras!
E. Villena